Pon los huevos y el azúcar en un recipiente resistente al calor.
Coloca el recipiente sobre un cazo de agua caliente y bate hasta que la mezcla esté lo bastante espesa como para que al levantar el batidor se dibuje un surco en la superficie de la misma.
Retira el recipiente del cazo y sigue batiendo hasta que se enfríe. Añade el resto de los ingredientes tamizados y remuévelos. No batas ni remuevas en exceso o perderá el aire incorporado.
Fuente | recetasdepostres.com
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