Hoy, desde altagastronomia.com les traemos 13 tips para hacer el menú de su restaurante:
1. Debe hacer un estudio detallado de lo que debe hacer y para eso necesita tener conocimientos gastronómicos porque no basta tener nociones básicas. Si no las tiene, ¡busque quién sí las tenga! Contrate, haga alianzas con alguien para que se encargue del menú.
2. Averigüe cuáles son los pros y contras que tiene el tipo de comida que quiere manejar, así como el estilo: ¿vanguardista?, ¿novele cuisine?, ¿molecular? o ¿clásicas.
3. Conozca perfectamente el mercado al que le quiere vender: ¿es familiar? ¿ejecutivo? ¿jovial? ¿su cliente anda arriba de los 40? ¿menos? ¡haga un estudio de su giro y del entorno del restaurante!
4. Averigüe si cerca o a la redonda hay otro negocio similar o con las mismas tendencias culinarias. NO trate de competir con un restaurante o bar que lleve más de cinco años en el mercado por que lo mas seguro es que el nuevo negocio pierda. Hay excepciones, pero si se arriesga ingenuamente puede tener perdidas monetarias. Mejor básese en un estudio de mercado porque ahí sabrá lo que falta, lo que no hay y lo que su cliente quiere, tanto en el estilo de restaurante como en la comida.
5. Trate de que de que la calidad de su menú esté en equilibrio con el diseño de su restaurante. De nada le servirá tener un magnífico diseño con una pésima carta, aunque hay lugares que no valen un peso —y hasta zaguanes de vecindades—, y se atiborran por su fama taquera, tortera y garnachera. Como el lugar que usted quiere poner no es de esos, buque un equilibrio entre el diseño y la calidad de la comida.
6. Si ya analizó las propuestas actuales del mercado y las novedades que le interesan al público, ya tendrá claro el concepto y estará listo para hacer el menú. Pero no haga uno, haga varias propuestas. Ojo, no diseñe un menú de “chile, de mole y de dulce” porque usted no debería vender una hamburguesa junto a chimichangas o un caldo tlalpeño, compartiendo carta con una soupe d` estrilles (sopa de egoras). Hay que saber dónde, cómo y cuándo podemos meter un platillo que no va en el menú.
7. Puede ponerle un nombre a sus platillos, pero si decide bautizarlos con nombres de actores, artistas o luchadores, su cliente debe entender la razón. Déle importancia a los nombres que le ponga a cada plato y salsa para que haya concordancia entre ingredientes y platillo.
8. Para la carta ponga entre dos y cuatro opciones de entradas, sopas, ensaladas, pastas, arroces y platos fuertes (aves, carnes, mariscos). Lo mismo con los postres. Si todo lo hace en el restaurante, mejor; así le dará un toque de profesionalismo a su cocina. Procure no abrir latas de duraznos o chongos zamoranos para el postre. Y si los hace en su restaurante, ¡presúmalo! con la siguiente leyenda: “Los postres son creación propia”. También es importante tener sugerencias del día, de la semana o de la temporada.
9. Procure que en el menú haya ingredientes que todo el año pueda conseguir en el mercado local. Si vende todo el tiempo un platillo con ingredientes fuera de temporada, la gente podrá dudar de la calidad y, por tanto, del restaurante. Conviene ponerlo como “sugerencia de la semana” o “del mes”.
10. En los últimos años ha habido una fuerte tendencia vegetariana, por eso debe tener de dos a tres sugerencias con los mismos vegetales del menú, pero en diferentes guarniciones o salsas. Así no tendrá en almacén un producto utilizado para un solo platillo. Por ejemplo, si ofrece guacamole, lo puede usar también como guarnición de sopa de tortilla; las tortillas, además, las puede aprovechar como botana en totopos. Siempre piense que un mismo ingrediente pueda usarlo en varios platillos todos los ingredientes (aunque si su platillo necesita un ingrediente único, entonces también piense en darle un precio “único”. Esto es recomendable en restaurantes “de especialidades”.
11. Nunca se “fusile” el platillo que venda otro restaurante, trate de crear platillos propios y de que la presentación sea original. Que el platillo, como se vea, huela y sepa sea distintivo de su restaurante. Si copia el que ya está “casi” patentado, la gente no sólo puede reconocerlo, sino compararlo… y si el suyo no es mejor, la gente se irá a comerlo al otro.
12. Para que su menú sea más profesional, no incluya las bebidas ahí mismo. Haga una “Carta de vinos” por separado:
a) Empiece por lo vinos rojos mexicanos, luego ponga tres o cuatro opciones más (Estados Unidos, Argentina, Chile y europeos de La Rioja, Burdeos, etc.).
b) Igualmente, tenga unas tres opciones de rosados.
c) De los blancos debe tener la misma cantidad que de los tintos.
d) También déle importancia a los espumosos, ya sean cavas, astis, champagne o tokaji (vinos blancos de postre). No olvide escribir al lado del nombre, el año, la casa, el país, la denominación de origen (si la tienen) y la zona vinícola de donde son.
e) Si va a poner la bebida “de la casa”, que no sea muy sofisticada ni muy clásica. Piense que le pueda gustar a todos y que sepan que ahí la inventaron.
f) Incluya después los cocteles, martinis y el trago exclusivo “de la casa”. La bebida debe ser original, pero no muy sofisticada ni tan clásica; más bien del gusto general.
g) Ofrezca primero en la lista las mexicanas, luego a las extranjeras.
h) Ponga primero los cocteles sin alcohol y por último la variedad de refrescos o aguas naturales que se tengan.
13. No olvide el diseño de la carta. Contrate un diseñador para que se la haga.
1. Debe hacer un estudio detallado de lo que debe hacer y para eso necesita tener conocimientos gastronómicos porque no basta tener nociones básicas. Si no las tiene, ¡busque quién sí las tenga! Contrate, haga alianzas con alguien para que se encargue del menú.
2. Averigüe cuáles son los pros y contras que tiene el tipo de comida que quiere manejar, así como el estilo: ¿vanguardista?, ¿novele cuisine?, ¿molecular? o ¿clásicas.
3. Conozca perfectamente el mercado al que le quiere vender: ¿es familiar? ¿ejecutivo? ¿jovial? ¿su cliente anda arriba de los 40? ¿menos? ¡haga un estudio de su giro y del entorno del restaurante!
4. Averigüe si cerca o a la redonda hay otro negocio similar o con las mismas tendencias culinarias. NO trate de competir con un restaurante o bar que lleve más de cinco años en el mercado por que lo mas seguro es que el nuevo negocio pierda. Hay excepciones, pero si se arriesga ingenuamente puede tener perdidas monetarias. Mejor básese en un estudio de mercado porque ahí sabrá lo que falta, lo que no hay y lo que su cliente quiere, tanto en el estilo de restaurante como en la comida.
5. Trate de que de que la calidad de su menú esté en equilibrio con el diseño de su restaurante. De nada le servirá tener un magnífico diseño con una pésima carta, aunque hay lugares que no valen un peso —y hasta zaguanes de vecindades—, y se atiborran por su fama taquera, tortera y garnachera. Como el lugar que usted quiere poner no es de esos, buque un equilibrio entre el diseño y la calidad de la comida.
6. Si ya analizó las propuestas actuales del mercado y las novedades que le interesan al público, ya tendrá claro el concepto y estará listo para hacer el menú. Pero no haga uno, haga varias propuestas. Ojo, no diseñe un menú de “chile, de mole y de dulce” porque usted no debería vender una hamburguesa junto a chimichangas o un caldo tlalpeño, compartiendo carta con una soupe d` estrilles (sopa de egoras). Hay que saber dónde, cómo y cuándo podemos meter un platillo que no va en el menú.
7. Puede ponerle un nombre a sus platillos, pero si decide bautizarlos con nombres de actores, artistas o luchadores, su cliente debe entender la razón. Déle importancia a los nombres que le ponga a cada plato y salsa para que haya concordancia entre ingredientes y platillo.
8. Para la carta ponga entre dos y cuatro opciones de entradas, sopas, ensaladas, pastas, arroces y platos fuertes (aves, carnes, mariscos). Lo mismo con los postres. Si todo lo hace en el restaurante, mejor; así le dará un toque de profesionalismo a su cocina. Procure no abrir latas de duraznos o chongos zamoranos para el postre. Y si los hace en su restaurante, ¡presúmalo! con la siguiente leyenda: “Los postres son creación propia”. También es importante tener sugerencias del día, de la semana o de la temporada.
9. Procure que en el menú haya ingredientes que todo el año pueda conseguir en el mercado local. Si vende todo el tiempo un platillo con ingredientes fuera de temporada, la gente podrá dudar de la calidad y, por tanto, del restaurante. Conviene ponerlo como “sugerencia de la semana” o “del mes”.
10. En los últimos años ha habido una fuerte tendencia vegetariana, por eso debe tener de dos a tres sugerencias con los mismos vegetales del menú, pero en diferentes guarniciones o salsas. Así no tendrá en almacén un producto utilizado para un solo platillo. Por ejemplo, si ofrece guacamole, lo puede usar también como guarnición de sopa de tortilla; las tortillas, además, las puede aprovechar como botana en totopos. Siempre piense que un mismo ingrediente pueda usarlo en varios platillos todos los ingredientes (aunque si su platillo necesita un ingrediente único, entonces también piense en darle un precio “único”. Esto es recomendable en restaurantes “de especialidades”.
11. Nunca se “fusile” el platillo que venda otro restaurante, trate de crear platillos propios y de que la presentación sea original. Que el platillo, como se vea, huela y sepa sea distintivo de su restaurante. Si copia el que ya está “casi” patentado, la gente no sólo puede reconocerlo, sino compararlo… y si el suyo no es mejor, la gente se irá a comerlo al otro.
12. Para que su menú sea más profesional, no incluya las bebidas ahí mismo. Haga una “Carta de vinos” por separado:
a) Empiece por lo vinos rojos mexicanos, luego ponga tres o cuatro opciones más (Estados Unidos, Argentina, Chile y europeos de La Rioja, Burdeos, etc.).
b) Igualmente, tenga unas tres opciones de rosados.
c) De los blancos debe tener la misma cantidad que de los tintos.
d) También déle importancia a los espumosos, ya sean cavas, astis, champagne o tokaji (vinos blancos de postre). No olvide escribir al lado del nombre, el año, la casa, el país, la denominación de origen (si la tienen) y la zona vinícola de donde son.
e) Si va a poner la bebida “de la casa”, que no sea muy sofisticada ni muy clásica. Piense que le pueda gustar a todos y que sepan que ahí la inventaron.
f) Incluya después los cocteles, martinis y el trago exclusivo “de la casa”. La bebida debe ser original, pero no muy sofisticada ni tan clásica; más bien del gusto general.
g) Ofrezca primero en la lista las mexicanas, luego a las extranjeras.
h) Ponga primero los cocteles sin alcohol y por último la variedad de refrescos o aguas naturales que se tengan.
13. No olvide el diseño de la carta. Contrate un diseñador para que se la haga.
Fuente | altagastronomia.com
exelente el post convertimos la comida en un homenaje, disfrutamos de un postre que nos deje muy buen sabor de boca, si no, es como si faltara algo esa es la manera perfecta de cerrar una cena con estos postres para restaurantes
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