Las Herramientas
Utiliza un cuchillo bien filoso. Entre más largo sea el chuchillo, mejor funcionará ya que un rebanado largo y suave generará mejores rebanadas. Nosotros utilizamos un cuchillo con mellas ovaladas a lo largo de la de la navaja para reducir la fricción.
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Retira las piernas y los muslos. Empieza por jalar una pierna utilizando el cuchillo para desconectar el hueso del muslo del resto del pavo. Separa el muslo de la pierna y reserva ambas piezas para cortar más tarde. Repite el procedimiento con la segunda pierna y muslo.
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Corta las alas de la misma manera a fin de dejar la pechuga al descubierto. Hoy en día, las alas de los pavos contienen muy poca carne, por lo que se utilizan principalmente para darle una mejor presentación al platón.
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Para cortar el pavo, asegúrate de que esté tendido sobre su espalda, con la pechuga hacia arriba. Empieza con un corte largo horizontal en la base de la pechuga. Podrás sentir cuando la carne termina y el hueso empieza. Corta tan cerca del área como puedas.
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Empieza a rebanar la pechuga de arriba hacia abajo, haciendo los cortes en un ángulo pequeño, hacia el lado contrario del cuerpo. El corte horizontal en la base se convertirá en un punto de parada, facilitando el fin de cada corte. Pasa las rebanadas a un platón tibio.
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Para rebanar la pierna, sujeta un extremo y rebana un lado. Corta cada lado, volteando la pierna 90 grados, hasta que hayas terminado de retirar toda la carne.
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Coloca el muslo en la tabla de cortar y empieza a rebanar en forma paralela al hueso del mismo. Corta en tiras uniformes.
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